La evaluación se concibe como una acción gradual y continua de los diversos procesos involucrados en el programa de Maestría; esto es, el plan de estudios, contenidos, estrategias de enseñanza-aprendizaje, programas, etc., los cuales se confrontan con los productos obtenidos, sean aprendizajes, capacidades, habilidades, en suma: los logros formativos de los sujetos involucrados en dichos procesos. Lo anterior significa que la evaluación se ha venido concibiendo como una relación entre lo planeado y lo realizado. No obstante, consideramos que es posible ir más lejos en materia de evaluación continua, se trata de ir descubriendo los puntos nodales que se vayan presentando en cada coyuntura de las situaciones, de manera que nos permita incidir sobre ellos, no simplemente para el logro de los fines planeados, sino para ensanchar los horizontes y posibilidades que anida cada situación. En ese sentido, se trata de una evaluación de potencialidades y no un inventario de los obstáculos que "impidieron" el logro de metas preestablecidas y prefiguradas, sino distinguir aquellas posibilidades que cada situación presenta.

La anterior forma de concebir la evaluación evita los "estrangulamientos" a la realidad, al intentar obligarla a aproximarse al esquema planeado. Se trata de buscar y tratar de encontrar aquellos puntos que permitan al estudiante descubrir los obstáculos o inercias que agobian el crecimiento progresivo de su formación. Este tipo de evaluación consiste en distinguir el proceso formativo de las cualidades auto-constructivas del estudiante y cómo él mismo ensancha y construye sus propias expectativas y no las impuestas por el plan. Significa, entonces, evaluar cualidades y no simplemente cantidades acumulativas de saberes aprendidos. Dadas las circunstancias y las tradiciones evaluativas, tendremos que hacer una simbiosis de transición entre los procedimientos tradicionales y esta nueva concepción. En ese sentido, se harán valoraciones de logros sobre lo planeado, bajo los procedimientos ya conocidos, y paralelamente se conjugarán reflexiones desde la perspectiva aquí delineada.

1. Evaluación de aprendizajes y de capacidades de apertura.

La evaluación de aprendizajes se realizará por procedimientos ya conocidos: elaboración de ensayo por unidad, por curso, trabajos monográficos, exámenes, avances del proyecto de tesis, discusiones y análisis de contenidos en el grupo. En relación a las capacidades de apertura, se observarán las actitudes relativas a los esfuerzos personales para encontrar lo que obstaculiza el proceso formativo y la construcción de mecanismos para la superación de los mismos.

2. Evaluación del plan de estudios.

El plan de estudios se evaluará con la misma lógica planteada en la fase inicial y simultáneamente se evaluará, además del diseño de dicho plan (cursos y desarrollo académico-administrativo), la trayectoria del alumno, trabajo docente, incidencia de la maestría sobre el contexto, reflexiones sobre los egresados.